Los vapiros son criaturas malignas que se alimentan de sangre de seres vivos para mantenerse activos. El más popular es el de orígen eslavo: ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.
El orígen de esta leyenda puede explicarse bajo la combinación de varios temores y creencias humanas (bajos instintos, sangre como vehículo del alma, depredación, enfermedad, muerte, cadáveres, inmortalidad, instinto de supervivencia...). Pero también puede deberse a la necesidad de explicar, en una atmósfera de pánico colectivo, epidemias que asolaron Europa por enfermedades reales antes de que la ciencia pudiera explicarlas de manera racional.
Las características de los vampiros son las siguientes: fueron humanos mortales pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte ("no-muertos"), se alimentan primordialmente de sangre, no se reflejan en los espejos ni tienen sombra (esto puede querer reflejar la carencia de alma), no toleran el ajo, son indestructibles por medios tradicionales, extraordinariamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua, y son vulnerables a la luz del sol.
Los orígenes de un vampiro también pueden ser varios: por predisposición desde el nacimiento, por muerte prematura o violenta, por incmplimiento de rituales funerarios y religiosos, por maldición por acciones criminales y sacrílegas, o por mordedura de un vampiro.
Finalmente, la forma de destruír, de acabar con un vampiro puedes ser cualquiera de estas: clavarle una estaca en el corazón, decapitarle, incinerar completamente su cadáver, repetir su funeral rociando agua bendita sobre su cadáver o con un exorcismo, o, por ultimo, dispararle una bala a través del ataúd y colocarle un ajo en el interior de la boca.
Vía: Wikipedia
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