
Estos seres podían ser buenos o malos. En las leyendas orientales solían ser buenos y proporcionaban dones y sabiduría, mientras que en las europeas eran más agresivos y atemorizaban a la gente, por lo que matarlos conllevaba beneficios.
Las distintas partes del cuerpo de los dragones tenían diferentes propiedades: la lengua proporcionaba el oder de hablar y entender a los animales; los cuernos, dientes y huesos sanaban heridas mortales y se usaban como talismanes; comerse el corazón asado se suponía que daba valentía y coraje, bañarse en su sangre hacía al que lo llevara a cabo invencible...También, dado que los dragones podían hacerse invisibles, quien consiguiera cogerle un ala podría hacerse una capa de invisibilidad para usarla cuando quisiera.
Las escamas de los dragones eran usadas para hacer armaduras, y las uñas se utilizaban como armas.
El fuego que escupían los dragones no podía ser extinguido con agua, sino que tan solo podía ser extinto con fuego.
En las leyendas, se contaba que los dragones acumulaban grandes tesoros a lo largo de toda su larga vida, por lo que empezaron a surgir cazadores de dragones. Sin embargo, se cuenta que todos estos tesoros no los guardaban por avaricia, sino bien para atraer a los humanos a los cuevas, o bien para poder descansar más cómodos sobre las monedas, ya que éstas se amoldaban muy bien entre sus escamas.
Vía: mitos.com.es
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